RIGOR MORTIS

No diré que una sonrisa se dibujaba en sus labios,
ni que sus expresiones apuntaban hacia el infinito con cierta satisfacción.
Tampoco que su rostro denotaba tranquilidad y paz.

Diré, en cambio, que su cuerpo yacía frío y rígido en esa cama sucia.
Que ya no era más que un fútil saco púrpura de huesos débiles,
que sus ojos se escondían en el cráneo como tortugas en sus caparazones
y que el subterfugio de su sangre había sido la boca.

El Tiempo es genocida.
...el tiempo es
genocida

OCASO

Enumeraré los objetos de la tarde,
nuevas armas ofensivas e inofensivas.

No pensé en lo que hacía y me apresuré.
Quería verte llorar,
así que quemé el cuarto de tu mamá
y después me dormí en las cenizas.

Me aparté de tu mente,
buscando números que me aconsejaran,
pero no sé sumar,
solo restar momentos del aire.

Suspirando, fui yo quien lloró.
Jugué con lo inexistente.
Me herí de puro recuerdo.
Te vi ahi, en el espejo,
ignorándome,
con una risa siniestra.

Intenté golpearte,
pero solo dibujé odio con mi aliento.

(Texto compartido, escrito por: Nadie y yo.)

INERTE

El tiempo no es mio.
No es de nadie porque no es algo.
Es algo porque, aparentemente, existe.
Existe pero no como ser.
No, no es un ser por eso no es libre.

Está sujeto a las cosas en nuestra vista.
Está sujeto hasta en la música, no es libre.

Se tiende ante nosotros indeterminadamente,
pero está enterrado en los relojes,
tan solo en la medida que de él hacemos,
tan solo la concepción que de él tenemos,
en la que lo inventamos y lo nombramos,
en la que lo encarcelamos y después lo matamos.

Esa es la mentira, pues el Tiempo no existe.


(Texto compartido, escrito por: Nadie y yo.)