No diré que una sonrisa se dibujaba en sus labios,
ni que sus expresiones apuntaban hacia el infinito con cierta satisfacción.
Tampoco que su rostro denotaba tranquilidad y paz.
Diré, en cambio, que su cuerpo yacía frío y rígido en esa cama sucia.
Que ya no era más que un fútil saco púrpura de huesos débiles,
que sus ojos se escondían en el cráneo como tortugas en sus caparazones
y que el subterfugio de su sangre había sido la boca.
El Tiempo es genocida.
...el tiempo es
genocida
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11 comentarios:
somos la calaca que tanto nos atemoriza en playeras negras y cadenas.
Hermoso poema, poeta.
I like your style, como dicen los funkeros, jajaja... ;)
buena onda chava, tan de a huevo sus textos a ver si se rola más...
saludos
Vine a visitarte, y a compartir el paso implacable del tiempo.
ps buena union de palabras
Hildaaaaa soy Cristina!! me encanta este poema!! es verdad el tiempo es genocida todo lo mataaaaaaa..sigue escribiendo asi tienes muhisisismo talento!!!
Me recordaste un dibujo del siglo XVI o XVII, se llama el espejo que no adula.
Muy bueno el poema...te sigo leyendo
me gusta bastante. saludos
A la mejor forma de Benn. Poesía de MOrgue,Lindo. zalemas
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