CONCERTISTA

Permanecí de pie esperando que empezara algo que no sabía qué era. Como siempre, vestía de blanco y negro, muy elegante. Era, sin lugar a dudas, el centro de atención en el gran auditorio del Conservatorio.

De un instante a otro, alguien se acercó a mi y comenzaron a sonar algunas notas musicales. Primero un do, después un sol, luego un mí. Seguidamente, una melodía cosquilleaba todo mi cuerpo y hacía vibrar mis cuerdas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial! Me encanta como todo hace sentido, desde que me lo enseñó me parece perfecto mi vida...un orgulloso piano! wow.................:O